The Big Blue
Este proyecto audiovisual nace como un ejercicio de fusión entre disciplinas: pintura, escultura, danza butoh y teatro. Pero su intención no es sumar lenguajes, sino desdibujar los límites entre ellos.
Grabado en estudio, la escena queda reducida a dos elementos: una mujer (danza butoh) y fragmentos azules pintados sobre papel. Esa economía visual no busca simplificar, sino intensificar la experiencia óptica. La coreografía se vuelve una trampa perceptiva: no sabemos si la figura nace de la materia azul o si simplemente se funde con ella. El azul no es solo color; es espacio, cuerpo y disolución.
La propuesta consiste en trabajar conscientemente la confusión fondo-figura. La danza butoh, también conocida como "danza de la oscuridad", es un estilo de danza contemporánea japonesa que surgió a finales de los años 50. Es una forma de danza muy expresiva y a menudo perturbadora, que explora temas profundos como la metamorfosis, los ciclos de vida y muerte, y la relación del ser humano con la naturaleza. El butoh se caracteriza por movimientos erráticos y grotescos, y busca liberar el cuerpo del conocimiento y la técnica para conectar con el inconsciente.. La mujer que baila y las formas azules producen una escultura viva, entre lo carnal y lo pétreo, entre la emoción y la entropía. Lo que aparece, aparece siempre para desvanecerse.
El color azul —evocador del infinito, del misterio, del tiempo dilatado— se convierte en el verdadero protagonista. El cuerpo lucha contra la entropía, y este azul parece ser el pegamento que intenta dar forma al caos con una cadencia mínima, un orden sensible.
No hay relato, ni mensaje. Solo el tránsito. Una figura que emerge, se confunde y desaparece. Un gesto que se vuelve ilusión óptica. Un cuerpo que insiste en no ser cuerpo. Estamos ante una fantasía que se descompone mientras se representa: algo que deseamos mirar, pero que nunca se deja capturar del todo.
INTO THE BIG BLUE no se propone como espectáculo. Es más bien una experiencia de deriva visual, donde las formas titubean, los límites se erosionan y el cuerpo se vuelve paisaje. En esa ambigüedad reside su potencia. La escultura existe porque existe un archivo de memoria pero su destino es desaparecer.
Direction and design: Martin Satí
Film: Pedro J. Saavedra
Dance: Anika Burton
Music: Jose María Sánchez Verdú



